Crítica a la obra El manchado
“Ensalzando a Kafka en su proceso”
Un hombre aguarda ser atendido en una oficina. Luego de un tiempo extenso llegarán dos empleados que de manera rutinaria, mecánica e invasiva le indicarán los pasos a seguir ante el aparente desconcierto del hombre. A partir de este momento este hombre será “El Manchado”.
Órdenes absurdas, informes rutinarios y burocráticos; carentes de todo sentido común “torturan” al Manchado a cada momento. La angustia que le genera estos mecanismos no sólo le afecta a él, sino también a los empleados, que reflejan por medio de sus tareas la parte oscura y apagada de sus vidas.
¿Qué pasado oscuro tiene El Manchado que lo hace soportar tales humillaciones sin rebelarse?
El Manchado no tiene nombre porque al fin y al cabo, todos somos El Manchado. Es la humanidad en su conjunto.
El Poder verticalista y autoritario se representa con “los Superiores”; aquellos que dan órdenes sin importarles los demás.
Existe una idea clara en la obra que es la siguiente: La crisis humana altera el ciclo de los burócratas y provoca cierto desconcierto en el Poder. Quiero decir; si “El manchado” es expulsado o liberado será el fin del sistema y su ausencia deberá ser reemplazada por otro “Manchado”.
Por el contrario; si El Manchado perdura en dicho sistema, deberá ir acostumbrándose a las insólitas (pero NO ingenuas) provocaciones de los superiores.
Es importante y necesario analizar la función de los dos empleados; hay que pensar bien el significado de los mismos en esta maquinaria destructiva; seguramente, les cabe con seguridad el concepto de eslabones necesarios y/o funcionales… y no mucho más.
Otra pregunta a formular: ¿Qué sucedía en esta “onírica” oficina judicial si no existieran pruebas de mancha alguna? Seguramente El Manchado saldría rápido y sobreseído. Bueno… Ahí es donde radica el conflicto; Quiero decir; En la rapidez de resolución, no importa si una persona está manchada o no, solo importa que el tiempo procesal sea lo más extenso posible avalado por esta maraña burocrática, de lo contrario, esta dependencia desaparecería, no tendría razón de ser y como consecuencia habría por lo menos dos desocupados más. Ante está posibilidad amenazante para la estructura del Poder la solución es crear como sea “una mancha”.
La última pregunta que me atrevo a realizar es la siguiente: ¿Cuándo nos llegará el momento que nos inventen una mancha, para que este sistema perverso continúe con vida?
Las muy buenas actuaciones hacen que la trama fluya a lo largo de toda la obra con una escenografía representativa de ciertas ideas kafkianas. Entre el vestuario y elementos escénicos resalta el color amarillo que en el mundo teatral significa desgracia o mala suerte, algo que identifica y “marcan” a estos personajes. Aunque también podemos afirmar que dicho color es usado como una suerte de rebeldía ante el mandato y la norma.
El Manchado es una obra que todos los amantes de Kafka pueden ver y les gustará sin lugar a dudas.
Ficha técnica de El manchado
Dramaturgia: Ariel Barchilon
Actúan: Lali Fischer, Federico Foscaldi, Juan Ortiz.
Fotografía: Verónica Castelo
Dirección: Agustina Gutiérrez
Animal Teatro
Castro 561 (CABA)
JUEVES: 20:30HS