Crítica a Todo lo que tengo que hacer para estar acá
“Un profundo anhelo artístico”
Miriam desea brillar en las tablas; ser reconocida por aquello que dedicó su vida. Ser una actriz. Para tal fin decide estudiar, perfeccionarse, disfrutar de sus avances y redoblar sus esfuerzos por mejorar ante un fracaso.
En “Todo lo que tengo que hacer para estar acá” no importa lo que uno de afuera observa o supone; si es buen artista o no… Lo importante es aquello que no se ve, por ejemplo; la esencia que un ser humano expone y visibiliza con la única intención de ser feliz.
Miriam viaja al extranjero para presentar una obra en un festival de teatro; para lograrlo gastó sus ahorros, sabe también que es una actriz de reemplazo, pero eso no la detiene, va en busca de cumplir su sueño. Anhela actuar en el exterior y ahí es donde enfoca sus esfuerzos para cumplir su objetivo.
Ese sueño está a punto de convertirse en realidad y se transmite por medio de sus emociones; por momentos nos divierte, estremece, incomoda, nos relaja un poco para luego asfixiarnos y provocarnos un “nudo” en la garganta.
El destino de Míriam parece estar escrito de antemano, aunque la fortuna pueda cambiarlo. Sólo es cuestión de insistir, luchar y afrontar lo que se viene; ese porvenir amenaza ser peligroso,perjudicial y destructivo.
Un ambiente de ahogo es percibido en su camarín; sus compañeros de elenco no aparecen; ella los espera rodeada de muy pocos muebles y luces tenuas que generan una importante sensación de angustia y soledad.
Esta obra; la cual escribió y actúa, Antonella Valese; Todo lo que tengo que hacer para estar acá me lleva de manera caprichosa a relacionarlo con el tango “El sueño del pibe” de Reinaldo Yiso, como efecto resultante en advertir que el mundo está lleno de personas como Miriam; mejor dicho… El mundo está lleno de personas con el sueño del pibe… O mejor dicho aún; el mundo está lleno de personas que al unisono “cantan” TODO LO QUE TENGO QUE HACER PARA ESTAR ACÁ.
Vale la pena remarcar la excelente actuación de Antonella Valese quien brinda un unipersonal demostrando sus variados recursos artisticos para encarar este personaje. Una escenografía sencilla que representa ese camarín deseado cierra y dan firmeza al guión.
Todo lo que tengo que hacer para estar acá. es una obra para ver; no hay que dejarla pasar porque vale la pena, transmite mucha emoción que nos identifica de una u otra manera y es bueno asistir para revivir alguna de ellas con Miriam.
Esta obra puedes verla en:
Paraje Arteson
Palestina 919 Timbre 2
CABA
Jueves 20:30 hs.